viernes, 7 de junio de 2013

Cartografía onírica


La Cartografía Onírica es, sin duda, la resignación de la razón a dejar brotar al líquido amniótico que rodea la isla de las sensaciones, anclada a la ribera cerebral del hemisferio derecho.
El mar, mil veces transitado, salado cien veces con las lágrimas de la rabia y la desazón está lleno de barcos hundidos, de dragones de temporada, ballenas en extinción y veleros de papel osados, sin rumbo y a la deriva.
No esperes el momento de dar el salto a cualquier rincón de la mente, al ultramundo de lo vivido, viviendo y por vivir, flotando dulcemente en un espacio sin tiempo y sin nadie que venga a modificarlo. Es el paso siguiente a dar el paso hacia el oscuro velo de lo desconocido. Y esto es un mapa ahora, en este preciso instante, pero dentro de un minuto será una acequia poblada por un macizo de flores de siete colores, luego una partitura dedicada al rey de Persia, luego una mirada cálida seguido de una sonrisa, luego…

Marca tu itinerario, cada uno tiene sus propias islas, sus propios rincones, cabos y arrecifes. Puedes arribar en la ensenada del arte, hacer un crucero por el golfo mágico visitando el archipiélago de verso y prosa o viendo atardecer desde la isla de trazos. O los más osados pueden dejarse llevar por el oleaje de las islas danzarinas. Cualquier ruta es buena, cualquier lugar es bello si forma parte de tu Cartografía Onírica.

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