Y en ese mismo momento empiezan los problemas. La magia te
dice que tienes trece años, y uno lo escamoteas para guardártelo en la manga,
que tu mente navega hacia atrás y hacia delante en el tiempo como una peonza cuántica
y que podrías tumbar el muro de una presa a base de inferirle un torrente
continuo de palabras e ideas inyectadas a chorro. Sin embargo la ciencia te
golpea por la espalda con su guante de treinta y un años diciéndote que no eres
nadie, que no has terminado todo lo que te proponías terminar y que te quedan taaantas
cosas por hacer que no vale la pena que empieces porque no te da tiempo para
acabarlas.
El mundo se derrumba, lo vemos en la tele, prensa, radio y
en las calles y los corazones siguen dos caminos bien marcados, o se vuelven
pétreos, insensibles y moralmente alienados o, por el contrario, laten tanto,
tanto y con un pulso tan acelerado que corremos el riesgo de que se nos salga
por la boca, se nos pare en mitad de una curva o reviente segregando una
mezcolanza de placer, dolor, placer, dolor.
Y cojo un trozo de rama y me agacho a escribir unas palabras
en la arena, mañana vendrá el viento, una ola, los pies de alguien que no leyó al pasar, y se las llevará. Pero hoy escribo: “Chicos,
nos estamos destruyendo, algunos con mentiras, otros con dinero, algunos
incluso nos matamos con amor, ¿Quién despierta tus neuronas? ¿Quién riega tus
plantas con cifras de mas de cuatro ceros? ¿Quién te pone una losa encima grabada con
marca R.I.P. para que respires poco o nada mientras la sujetas? ¿Quién, aunque,
bien te quiere te hará sufrir?” Después de escribir todas estas preguntas tiró
la rama y me dispongo honestamente a responder a las preguntas, difíciles de
responder de forma abierta a la humanidad entera. Splash, llegó una ola y borró
las preguntas.
Con los pies mojados, voy en busca de otra rama seca, miro
al horizonte, bajo la mirada, escribo en la arena…
Sutil, intenso, inspirador... precioso. Como siempre.
ResponderEliminarUn beso grande
...
ResponderEliminarPara nacer este nuevo nacimiento me quedé desnuda sobre una ausencia larga.
Caminé sobre ella como quien anda la nieve sabiendo que es para siempre nieve, como quien sabe que la derrota tiene el interminable rostro del adiós, como quien conoce la raíz del árbol y ha germinado en semilla discretamente.
Esta llamarada que no quema encendida en la noche como una fuente.
Esperando la llegada del último barco a la playa en eternidad desierta, esperando que del bosque el pájaro de fuego extienda sus alas y cante, esperando que el mar inunde la luz rompiendo en espuma.
Ahora que de las renuncias nacen dedos, manos, sílabas olvidadas...
Ahora que de los crepúsculos se alzan auroras como trigos verticales...
Ahora que de los silencios inscritos en la piel como siglos se expanden afirmaciones, gestos, asentimientos como labios en luna....
Sé que para nacer este nuevo nacimiento me quedé desnuda sobre una ausencia larga...
Danaelaia ;)