jueves, 19 de enero de 2012

El don de la espontánea ubicuidad



Debido a la imperiosa necesidad humana, y en especial de mi entorno, de conseguir más tiempo para seguir haciendo cosas y, por supuesto, las horas muertas de delirio insomne me han llevado a hacer un pequeño artificio de andar por casa.

Gracias a mis artimañas de demiurgo de barrio he creado sue generis este, como podríamos denominarlo sin parecer excesivamente ambicioso, Máquina de la Espontánea Ubicuidad.

Con él podrá hacer realidad su deseo de quedarse descansando mansamente mientras un Doppelgänger igual de efectivo que usted se parte los cuernos contra la humanidad y regresa a casa con el sueldo ganado, el pan comprado, con ganas de hacerle la cena y calentarle los pies. Sí, todo es tan onanista como se está imaginando.

Para el experimento, en fase Veta, he usado un pequeño ser mitad pelusa, mitad bola de billar que andaba pululando debajo de la cama. El resultado no ha sido todo lo satisfactorio que deseaba en un principio. El ser, llamémosle Equis, ha empezado a duplicarse sin control y creando clones inexactos al original por lo que cada cual admite unas cualidades diferentes, y más bien pocas.

Hasta el momento la máquina no es apta para el uso con humanos por lo peligroso del resultado pero ya os avisaré, cuando se quede pulida, y veréis que clones más guapos os hago. No obstante si alguien en lamentable estado mental quiere ser el primero en probarlo no ofreceré resistencia, ni reparo.

En principio, y en vistas a conseguir fondos para seguir investigando, vendo Equis a todo aquel con suficiente síndrome de Diógenes como para guardarlo, mantenerlo e incluso quererlo. Los hay muy variados: uno muerde, otro dibuja, aquel duerme, otro lo chupa todo (este igual me lo quedo), y aquel de allí hace la cena (sándwich mixto, sólo sándwich mixto).

Para más información consulte el dibujo y haga su pedido totalmente gratis a flauro@gmail.com , con donativo VOLUNTARIO, y recibirá un Equis en su correo hasta fin de existencias, o de mi existencia.

Un saludo.

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